El pasado 9 de octubre la CNT-AIT de Alcalá de Henares convocó un piquete en las oficinas centrales de Telepizza para denunciar la explotación y precarización que sufren sus trabajadoras.
La lucha obrera lo viene diciendo desde su nacimiento: si no pones trabas a la acumulación del capital ya puedes esperar sentada a que algo cambie, que te morirás sentada. A nosotras solo nos hizo falta una hora matutina, una pancarta y un megáfono denunciando las prácticas de la empresa para que nuestras jefas se pusieran algo nerviosas y bajaran a interesarse por nuestras demandas.
Estas demandas no eran otras que las ya comunicadas a la empresa el pasado 24 de agosto, y a las cuales hicieron oídos sordos. Su lamentable excusa: que la comunicación de nuestras demandas debieron perderse en el camino que va desde la recepción de las oficinas centrales al despacho de los responsables de turno. Después de intentar convencernos de que toda esta situación se había producido por un simple traspapeleo, nos intentaron vender la moto de la preocupación y de su empatía con nuestro malestar, ofreciéndonos una reunión entre la empresa y la sección sindical. Se nos pidió que fuéramos comprensivas porque «un error lo tiene cualquiera», pero ¿es realmente un «error» tenernos más de 3 meses en esta situación, vulnerando ya no solo nuestros derechos laborales, sino también nuestra salud? No, no es un error sino el modus operandi de toda empresa acostumbrada al silencio de sus trabajadoras.
Sorpresa para nadie, dos días después del piquete le hacen llegar a un compañero de la sección sindical una carta comunicándole la no superación del periodo de prueba para su puesto, y dejándole así en su categoría profesional previa.
No vamos a parar de demandar lo nuestro, nos pongan buena cara o no, y a la vista está que un piquete en las oficinas de Telepizza ha sido más efectivo que más de 3 meses en intentos de comunicación con la empresa vía email, comunicación interna y burofax, así que a lo mejor prefieren esta vía de comunicación.
